En el marco del 9° “Encuentro de Jóvenes CARTEZ” -realizado recientemente en la SRJM-, el Ing. Agr. Germán Di Bella expuso sobre la industrialización del maíz a nivel provincial y nacional. Actual vicepresidente de FADA -Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina- y ex AAPRESID, convocó a los futuros dirigentes rurales a “revolucionar” el grano, desde la “energía asociativa”.
Según indicó el también fundador de Bio 4, el 40% de la producción nacional de maíz se realiza en Córdoba -1.500.000 hectáreas se siembran con esta gramínea anualmente-. En ese sentido, llamó a aumentar la demanda de maíz en la provincia y aprovechar sus excedentes como combustible y materia bio-energética.
“Si bien Córdoba se ubica en la delantera en lo que a etanol respecta, la mayoría todavía no es consciente de que el maíz convertido en electrodo puede ser la salida para la región”, alegó.
Por otro lado, reconoció que en la actualidad, el país “exporta el 60% del maíz que produce”. No obstante, recomendó a los productores reducir el comercio del grano en origen, para focalizarse en su transformación y agregado de valor. “En Alemania hay 7.000 plantas de bioenergía. En Córdoba, sólo tenemos una”, comparó a modo de ejemplo.
En julio del año pasado, en el suroeste cordobés, empezó a funcionar la primera planta de Argentina capaz de generar energía con maíz. Bajo el nombre de “Bioeléctrica”, dicha industria reproduce y amplía la experiencia asociativa de “Bio 4” -la planta de etanol creada por productores y emprendedores agrícolas-.
En este caso, para la producción de bioelectricidad, son más de 47 las personas que se unieron, entre productores, profesionales y electricistas de Río Cuarto. Presidente del establecimiento, Di Bella tiene la ilusión de que tal iniciativa se replique en toda la provincia.
“La planta de Bioeléctrica puede generar un megavatio de energía por hora, con 52 toneladas de maíz picado por día (…) Esto es, lo que se suele cosechar en 500 hectáreas”, advirtió. Teniendo en cuenta estos valores, con un megavatio se podría llegar a alimentar la demanda de 800 viviendas estándares aproximadamente.
Respecto al proceso de producción, básicamente el choclo debe llegar a la planta con un 30% de humedad para convertirse en electrón. Cada 2 horas, un silo de más de 20 metros de alto mezcla unos 6.000 litros de estiércol de los tambos de la zona -los cuales aportan bacterias- con unas 4,2 toneladas del maíz triturado. Con esta mixtura a una temperatura constante de 51 grados, se genera el metano, que alimenta al motor generador de energía de la planta.
